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REMEMBRANZA

Conocimos a Queta en la Dirección de Organización y Capacitación Pesqueras en los inicios del Departamento de Pesca, en el 2do. piso de aquel edificio de Álvaro Obregón en la colonia Roma.

Con su amiga Aurea venían de la Sría. de Reforma Agraria y arribaron al Departamento de Pesca: en “el paraíso perdido” del Dr. Ferré, quien se proponía la auto capacitación de los pescadores. Con ellas vinieron también Pancho Meneses y compañeras secretarias relevantes cómo Rosa Elena San Martín y Alma Rosa Garcés.

Psicóloga clínica de profesión ejerció en el D. F. en Villa Hermosa, Tabasco, en Ciudad del Carmen y hasta en San Antonio, Texas; donde de paso mejoró su inglés. En Isla del Carmen conoció a Aurea Cruz, su camarada por siempre, y quien resultó amiga personal del Lic. Fernando Rafúl –“Nando” para ella–.

Su trabajo con campesinos y las expectativas que nos genera el trabajo de campo para el sujeto social del sector pesquero y, además, sus “comunidades de aprendizaje” y relación fraternal con trabajadoras sociales y antropólogas de esa dirección: fueron complementando el perfil sociológico de Queta, que desarrollará perceptiblemente.

En 1983, ante el advenimiento de las fechas estatutarias para la renovación del Comité Ejecutivo Nacional –CEN– de nuestra Organización: el Sindicato Único de Trabajadores del Departamento de Pesca –SUTDP–, y ante la insurgencia de una planilla antagónica –color Guinda– organizada por trabajadores charros de la Dirección de Infraestructura, fuimos convocados a constituirnos en planilla para ir a elecciones y ganar el CEN.

Por ello, nos urge contar con las compañeras y compañeros con disposición para participar –las y los mejores de la militancia sindical para ese entonces– y constituirnos en planilla: el trabajo de planeación y coordinación de acciones está a cargo de los compañeros Alejandro Villamar y Roberto Escartín: Secretario General y Secretario de Organización respectivamente, del CEN saliente.

Nos reunimos a sesionar en aquella casona por las calles del Cine Colonial, y allá llega Queta respondiendo con gran ánimo a nuestra invitación y, ahí, en aquella casona prestada y conseguida por Toño Simón con sus amigos investigadores y maestros de la UNAM, nos constituimos en planilla: quedando Queta en la Secretaría de Finanzas… y hasta aquí nos asesoran los compañeros del CEN saliente.

Ya en la tónica y el ritmo de “todos a trabajar y cumplir”: Queta entrega todo su ser y saber al trabajo que le corresponde y más allá, destacando con sus reflexiones y propuestas de organización del trabajo en los plenos del CEN; y asentando constancia de su solidaridad congruente en la barriada derrumbada por los macro sismos de 1985.

Para aquel entonces es ya proverbial la jovialidad de Queta y su fino sentido del humor que con frecuencia nos envolvía en momentos de convivialidad excepcional… En medio de un ritmo compulsivo por las cargas de trabajo, con ella surge la broma alegre, el buen humor y el chiste inveterado.

Permítanme evocar uno  de tantos momentos culmen: estamos todavía en la casa de Viaducto y Monclova, oficinas a las que llega, de vez en vez, Alejandro Villamar para proporcionarnos al CEN información sobre las oportunidades de alternar en FSTSE: limitadas pero en la perspectiva de nuestra insistencia: como la “gota que horada la roca”, afirma el poeta; o bien sobre los eventos que organiza la Cámara de Diputados y sobre la eventual iniciativa de reforma a la ley respectiva del sector pesquero… En esta ocasión, para la elaboración de cierto documento, Alejandro necesita tender unas líneas en su hoja en blanco, y recurre a la oficina de Finanzas pidiendo prestada una regla, Queta le tiende una de plástico transparente diciéndole: “¿viene por línea Doctor Villamar?”.

Una Queta más ama a los libros y ama la música, la música toda. Por Queta conocimos el Café Colón, en Reforma, en el que canta boleros su amiga Bertha Cervera. En las oficinas de Viaducto, en el taller d publicaciones y a petición d Toño Simón, nos cantó “La Martiniana” en Zapoteco y, en casa de Aurea Cruz, le escuchamos “Canel Tsitsiki en purembe: pocos saben que Queta cantó en un coro del Estado de México, versado en música popular mexicana de provincias diversas.

Se hizo de una pianola que disfrutó con sus amigos d San Antonio, Texas, quienes, al venir a vivir a San Miguel de Allende, ven que en su nueva casa no cabe el instrumento; o ese fue el pretexto para que Queta la tuviera en casa, en la colonia Clavería, dónde la disfruta a placer.

Otra Queta más pinta: hace paisaje y Naturaleza muerta y, además, hace pirograbado.

Conservamos aún en casa, en Veracruz, la cabeza de un oso que le regalara a Erandi, mi hija mayor, y que enmarcado el triplay quemado en caña de maíz trenzado, el dibujo nos mira, altivo.

Solidaria, siempre: vivió como quiso y se fue cuando así lo decidió. “No cambiaré mi Vida Buena por una infra vida artificial”, sentenció y rechazó los tratamientos de diálisis y hemodiálisis, y optó, con gran entereza, por una Partida asistida; despidiéndose de los más que pudo.

En alguna otra dimensión: rodeada de jovialidad, canto y poesía nos reencontraremos contigo, Queta Macías: 2 veces Secretaría de Finanzas de nuestro SUTSP.

Descansa en paz, Queta. Pero si quieres venir a vernos: Bienvenida. ¡¡Te esperamos el 2 de noviembre próximo!!

 

D. A. Perdomo
Exsecretario de nuestro SUTSP